SUBCOMANDANTE: LÍDER O SILOGISMO (2)
El desierto no es más
que un grano sobre otro grano,
el cobertizo en el que Pedro quería tirarse a Heidi
a mediados de los setenta,
el momento en el que Panasonic predecía el futuro,
la ambición
–después el crash, la opa hostil-
y Pablo VI sabía que no existía competición,
el Ferrari y las aldeas sin electricidad de Sudamérica,
la magia de la miseria,
los coches blindados
y la pólvora como solucionador de problemas,
pero todos sabíamos que el Ché
era una leyenda, como Camarón,
una atemporal mentira americana
¿Y los hijos de nuestros hijos
-si todavía existen camisetas reivindicativas-
llevarán la efigie de Bin Laden?
Un viento del desierto
cubre el recuerdo de las últimas bombas.
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MIGUEL HERNÁNDEZ TWITTEA EL AVANCE IMPARABLE DE LA REVOLUCIÓN
Quiero ser un nuevo y mejor Miguel Hernández,
más universal y hermoso,
bien vestido,
un M.H. que arengue a las tropas inertes de la Revolución
y subido en los tanques recite poemas de guerra,
de guerra fratricida y permanente;
una foto,
-sin atisbo alguno de Photoshop-
aparecerá en mi perfil de Facebook,
y miles de personas harán click
para hacerse fans de este M.H. imperecedero
más instruido y real;
Los otros poetas me darán la espalda,
pero escribiré a mi hijo nanas
de pizza y salchichas de Frankfurt
y cuando muera,
dentro de mucho tiempo,
mis enemigos celebrarán
el glorioso acto de mi nacimiento
desde sus despachos públicos.
Y mi nick (M.H.)
ondeará en las placas de las calles,
en los parques urbanos
y los vídeos que mis camaradas colgaron en youtube,
que grabaron con sus democráticas cámaras de 4 megapíxels,
se emitirán en las televisiones públicas
y sólo de este modo mis palabras,
las palabras de M.H.,
inspirarán nuevas canciones
y la Revolución avanzará
imparable
hasta la línea del frente.
Conozco la historia circular de España,
por si acaso,
ya me he vacunado contra la tuberculosis.