Decirnos caricias,
susurrar mordiscos
y besar muy despacio
los sueños que no tenemos tiempo
de llevar a cabo.
Apenas eso
y mientras el mundo real
sigue sin vencernos.
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DAMNATIO MEMORIAE
Cruel castigo
el de destruir efigies
con tu rostro,
el de tachar
tu nombre
de las rocas.
Condenado al olvido.
Tampoco nuestros nombres
permanecen en piedra o papel,
quizá nunca estuvieron,
apenas un par de fotos
escondidas bajo baldosas
para no ser descubiertas.
Nos mataron
por buscar el poder.
Nos mataron, pero no a todas;
nos silenciaron, pero no a todas.
Y muertas, y humilladas,
y rapadas
aquí seguimos.