que continúan regando las calles aunque
diluvie con las dichosas mangueras a presión
Ordenaron: que no permanezca ni una brizna
de la celebración pongan especial ímpetú
en borrar las huellas desordenadas de aquellas que
se atrevieron a bailar como si se creyesen ángeles descalzos
No tengan miedo
no tengan miedo en malgastar agua para borrar la risa
tímida de los que ayer fueron desheredados
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él que no alzó la voz que su pan lo labró
desollando el grano del trigo que
apretó los dientes sólo para desviar
el cansancio
fue llamado al tribunal
Con sacacorchos los ojos
con un cortafríos las encías
La matriz de su esposa
con un desatascador fue vaciado Y
crecieron de sus oquedades
primero amapolas
luego carreteras
olvido sangrías