AITOR FRANCOS

CANCIÓN

Todo el agua del mar cabe en un verso
de Eugénio de Andrade.
Poca cosa, ya sé: lo de un vaso,
una vocal, y efímera.

Una noche que apenas ya nos entra en casa;
la noche
como una luz de adentro
que ayuda a cerrar los libros.

La oscuridad es una madre que ya no levanta los ojos
de la máquina de coser
para preguntar cómo estamos.
La busco desesperadamente cuando escribo,
la caliento por dentro, con mis pequeñas
manos.
Sólo ella podía protegerme
de separarme en dos orillas, de despertar
en el contorno, del viento
de unos dedos que saben
de qué se huye.

Conmigo baila
la lluvia, y nadie más.

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