EN EL PRIMER MUNDO
a Carlota Martínez
Ya los gatos se esconden —o se retiran—
como estrategas prudentes.
De un tiempo a esta parte,
las primeras horas de la noche no les son propicias.
Una nueva especie de animales nocturnos
ha venido para quedarse.
Se mueven con determinación;
son ágiles aunque bulliciosos
y parecen no temerle a la otra especie
de hombres, diurnos,
cuando se entretienen removiendo su basura
y no salen, a la carrera, huyendo
con un muslo de pollo entre los dientes.