ANTONIA DÍAZ RODRÍGUEZ

HABITACIÓN 505

Are you our sort of a person?
(Sylvia Plath)

[La solicitante de trabajo]:

En la habitación 505 del hotel Hilton, Washington DC,
una corte de doctores
calibra la corrección de mi pulso y mis respuestas.
Are you our sort of a person?
Are you a little mad?
What are you willing to pay to work for us?
A vocal cord? A chunk of your stomach?
Yo digo que sí a todo
mientras se mustia
el teorema prendido en mi solapa.
Los doctores fruncen la nariz al detectar el olor de mi impostura
y yo me levanto y salgo de la habitación 505
y corro del ala este al ala oeste del hotel,
a que me ausculte la siguiente corte de doctores.

[La entrevistadora]:

En la habitación 505 del Sheraton, Boston, Massachusetts,
dejo caer la máscara que llevo y las muestras de aspirantes escogidos.
Traigo cuerdas vocales, trozos de estómago, flores mustias de impostores.
Los analizo cuidadosamente. El cálculo es necesario.
Soy experta en reconocer el crujir de mandíbulas de los tímidos,
el brillo metálico en los ojos de los ambiciosos, el vuelo gallináceo del charlatán de feria.
Soy buena en mi trabajo: un hachazo y fuera el cascarón—hay que ver al aspirante desnudo.
Hay que palpar sus órganos internos, calibrar la calidad de su cerebro.
Are you our sort of a person?
Are you a little mad?
Sacrifice is necessary—we are religious people.
But to what purpose, I do not know.
Y salgo de la habitación 505, voy flotando del ala este al ala oeste del hotel,
a diseccionar la siguiente tanda de aspirantes.

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK